Cambio climático: desastre económico y efecto en la salud mental

El Servicio Nacional Meteorológico espera que la ola de calor finalmente disminuya esta semana en partes del Atlántico Medio y el Medio Oeste, pero antes de irse seguirá abrasando literalmente a decenas de millones en Estados Unidos. De Norte a Sur y de Este a Oeste un peligroso domo de calor rompió récord de décadas y se anticipó a la temporada, ocasionando pérdidas billonarias y trastornos de salud mental en este país.

Cada año Estados Unidos tienen un promedio de unas 10 mil tormentas eléctricas, 5 mil inundaciones, mil 300 tornados y huracanes en el Atlántico, así como sequías e incendios forestales generalizados, señala la agencia federal.

Estos eventos meteorológicos, acuáticos y climáticos, causan un promedio de aproximadamente 650 muertes y 15 mil millones de dólares en daños material anualmente, y son responsables de alrededor del 90 por ciento de todos los desastres declarados por la presidencia de Estados Unidos.

De acuerdo con una investigación del Dartmouth College, el aumento de las olas de calor debido al cambio climático borró al menos 16 trillones de dólares del producto interno bruto mundial entre 1992 y 2013.

Solomon Hsiang, profesor de políticas públicas en la Universidad de California en Berkeley y coautor del estudio, dijo a MarketPlace que “Todos los aspectos de la economía se ralentizan. Ya lo estamos viendo”. Y señaló que los gobiernos y las empresas se están adaptando, instalando aire acondicionado en más almacenes y escuelas, publicando advertencias ante las olas de calor, y reduciendo las horas de trabajo cuando sea necesario.

Sin embargo, según registros federales, más de 400 trabajadores murieron debido a la exposición al calor entre 2011 y 2021. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) ha estado elaborando nuevas reglas específicas para el calor desde 2021. Con todo, no está claro exactamente cuáles serían esas reglas, pero es probable que desencadenen cosas como el descanso requerido y la apertura de bombas hidrantes en las banquetas cuando el índice de calor alcance ciertos umbrales, como ocurre diariamente en vecindarios de la ciudad de Nueva York durante la temporada de calor extremo.

Texas y La Florida han prohibido preventivamente a las jurisdicciones locales la promulgación de nuevas reglas. Y en California, el primer estado en regular el calor en el lugar de trabajo, una extensión planificada desde hace mucho tiempo sobre las protecciones a los sitios interiores se ha estancado por la incertidumbre sobre cuánto le costará al estado.

Por otro lado, una nueva encuesta mensual de Healthy Minds, de la Asociación Psiquiátrica Estadunidense (APA) señaló que “algo más de la mitad de los adultos (53 por ciento) afirman que el cambio climático está afectando a la salud mental de los estadunidenses. Este porcentaje es superior al 48% registrado en 2022, según la referida encuesta.

Agrega que los jóvenes de 18 a 34 años (63%), los afroamericanos (57%) y los hispanos (59%) son más propensos a decir que el cambio climático está actualmente afectando su salud mental. Este mes Healthy Minds preguntó hasta qué punto el cambio climático afectaba la vida de las personas, y los encuestados respondieron que sentían que el impacto del cambio climático se daba en su acceso a los alimentos (39%); sus finanzas personales (37%); su familia (36%); su vivienda (34%); su vecindario (25%); su trabajo o carrera profesional (26%) y su educación (24%).

“Como psiquiatras, sabemos que nuestro estado mental no es inmune a estos cambios meteorológicos, y también sabemos que ciertas comunidades se ven afectadas de forma desproporcionada”, afirmó el doctor Ramaswamy Viswanathan, presidente de la APA. “Animaría a quienes se sientan abrumados, a recordar que aún hay esperanza en las soluciones que podemos adoptar como individuos y a una escala más global”.