California no protegió a trabajadores al aire libre del humo de los incendios forestales bajo nuevo jefe de OSHA con Biden
Por Farida Jhabvala Romero/KQED .
El funcionario elegido por el presidente Joe Biden para dirigir los esfuerzos en materia de salud y seguridad de los trabajadores del país, en gran medida fracasó en su puesto anterior para hacer cumplir las protecciones de California a los trabajadores al aire libre expuestos al humo tóxico de los incendios forestales. Así lo revela una investigación de KQED en colaboración con The California Newsroom.
Mientras el estado se enfrentaba a las mayores temporadas de incendios registradas hasta el momento, se exigió a los empleadores que tomaran medidas para evitar que millones de trabajadores al aire libre respiraran niveles nocivos de humo, proporcionándoles mascarillas N95, por ejemplo, o trasladándolos a un espacio interior en los días de aire insalubre.
Pero bajo la dirección de Douglas Parker, que se incorporó a la administración de Biden el mes pasado, la agencia californiana encargada de hacer cumplir las leyes sobre el humo rara vez sancionó a los empleadores por romper las reglas.
Casi 4 millones de californianos trabajan en la agricultura, la construcción, los servicios públicos y otros sectores con trabajos al aire libre, según un análisis de las cifras de empleo del estado. Parker dirigió la División de Salud y Seguridad Ocupacional de California, conocida como Cal/OSHA, que multó a los empleadores sólo 11 veces en los más de dos años entre julio de 2019, cuando las protecciones contra el humo entraron en vigor, y el 5 de octubre de 2021, según los datos proporcionados por la agencia.
El mes pasado Parker se unió al gobierno de Biden para dirigir OSHA a nivel federal, como Secretario adjunto del Departamento de Trabajo de Estados Unidos.
En entrevistas y encuestas con defensores de los derechos, trabajadores vulnerables en la industria agrícola del estado, valorada en unos 60 mil millones de dólares, informaron que laboran en medio de mucho humo sin ninguna de las protecciones requeridas; esto apunta a un problema potencialmente extenso, los primeros de su tipo en el país, por parte de empleadores que no cumplen con los requisitos.
El humo “me afecta en el pecho, y tengo la voz muy ronca y me da mucha tos”, dijo Alejandra Beltrán, de 44 años, que cosechó pasas en el condado de Fresno durante la temporada de los incendios forestales de este año.
Mientras buscaba cajas de comida en un banco de alimentos en el pequeño poblado de Biola, Beltrán dijo que nunca escuchó hablar de los reglamentos que están diseñados para protegerla, a pesar de una disposición en la regla que obliga a los empleadores a educar a los trabajadores sobre los riesgos para la salud de respirar el humo de los incendios forestales, “en un lenguaje y una manera comprensible para los empleados”. Beltrán dijo que nunca le ofrecieron una mascarilla N95, ni otras protecciones exigidas por las normas legales sobre el humo.
En una entrevista el asambleísta estatal demócrata de Salinas, Robert Rivas, presidente del Comité de Agricultura de la Asamblea, calificó de “decepcionante” la aplicación de la ley por parte del estado hasta la fecha.
“Once infracciones es una cifra obviamente muy baja, pero ciertamente, en mi opinión, no es un fiel reflejo de los problemas potenciales que existen”, dijo. “Tenemos que hacer un mejor trabajo”.
Rivas propuso un proyecto de ley que habría reforzado la aplicación de la ley mediante el establecimiento de equipos de inspectores de Cal/OSHA, que se desplegarían a los sitios agrícolas de trabajo en los días con aire insalubre. El proyecto se eliminó en agosto tras generar la oposición de la administración del gobernador Gavin Newsom, según documentos vistos por The California Newsroom y personas cercanas a las negociaciones.
Los documentos muestran que la Agencia de Desarrollo del Trabajo y la Fuerza Laboral de California, que supervisa a Cal/OSHA, solicitó enmiendas al proyecto de ley, incluida la eliminación de los equipos de inspectores. Rivas aceptó finalmente eliminarlos.
“Tener un mecanismo de cumplimiento es sumamente importante”, señaló Rivas, que creció en una familia de trabajadores agrícolas. “Mi esfuerzo aquí no era tratar de penalizar a los cultivadores de ninguna manera, o a la industria agrícola, sino lograr un nivel de responsabilidad”.
Voceros de la Agencia de Trabajo y Desarrollo de la Fuerza Laboral, y de la oficina de prensa de Newsom no respondieron a múltiples solicitudes de comentario. En un correo electrónico, Parker aludió a su nuevo cargo en la administración Biden y declinó hacer comentarios, diciendo que quería “la oportunidad de estudiar más sobre lo que ha estado sucediendo fuera de California”. Remitió nuestra consulta a Cal/OSHA.
La jefa interina de la agencia, Danielle “Dan” Lucido, defendió el historial de Cal/OSHA.
“Somos líderes en la protección de los trabajadores, incluso contra el humo”, dijo. “Nos preocupa mucho el cumplimiento de esta normativa”.
Fue el propio Parker quien solicitó a Cal/OSHA la creación de las protecciones. En diciembre de 2018, antes de su mandato en la agencia, Parker se unió a los defensores de los trabajadores, escribiendo que “es necesario poner en marcha una norma de emergencia tan pronto como sea posible, ya que los incendios forestales están ocurriendo ahora durante muchos meses del año.”
Respirar partículas peligrosas en el humo de los incendios forestales puede provocar irritación de ojos y garganta, tos persistente y dificultad para respirar. La exposición a las partículas denominadas, PM 2.5, también pueden provocar problemas de salud más graves, como la reducción de la función pulmonar, la insuficiencia cardíaca y la muerte prematura.
Una investigación realizada en septiembre por The California Newsroom vinculó el aumento del humo de los incendios forestales con un fuerte incremento de las hospitalizaciones por afecciones cardíacas y pulmonares en el estado. También se constataron fuertes incrementos de las prescripciones de albuterol, para el asma, a medida que aumentaba el número de “días de humo”.
[ASIDE: link to Dangerous Air story in English]
Beltrán y otros trabajadores agrícolas del condado de Fresno le dijeron a KQED y a The California Newsroom que sus empleadores nunca mencionaron las protecciones requeridas contra el humo.
“Hay cosas que les gusta guardar para sí mismos”, dijo Beltrán, madre de seis hijos. “Y obviamente nosotros somos los que quedamos en riesgo”.
La experiencia de Beltrán y de otros trabajadores agrícolas que laboran al aire libre presenta una encrucijada en cuanto a la aplicación de los reglamentos sobre el humo de los incendios forestales.
Beltrán dijo que trabajó al aire libre en condiciones de mucho humo tan recientemente como el 4 y 5 de Octubre, pero no estaba al tanto de las protecciones requeridas para los trabajadores. Foto: Farida Jhabvala Romero/KQED.
Sin equipos de inspectores yendo a visitar campos, Cal/OSHA normalmente se presenta en los lugares de trabajo sólo tras una denuncia. Pero la falta de concientización sobre las protecciones requeridas y el hecho de que los trabajadores opten por no denunciar los problemas por miedo a las represalias, significa que Cal/OSHA ha realizado muy pocas inspecciones.
Los datos muestran que la agencia recibió sólo 221 quejas relacionadas con el humo de los incendios forestales, y que visitó los lugares de trabajo de 26 empleadores entre julio de 2019 y el 5 de octubre de 2021.
Lucido dijo que el escaso número de inspecciones no indicaba ningún problema. “Siempre que se nos pone sobre aviso a través de una queja, hacemos lo que debemos hacer y salimos a investigarlo, si hay una queja seria”, dijo.
La agencia respondió a la mayoría del resto de esas quejas enviando una carta a los empleadores, pidiéndoles que respondieran a las denuncias por escrito. Los observadores dicen que eso rara vez conduce a multas.
La Federación de la Oficina Agrícola de California, la mayor organización de su tipo en el estado, ha estado trabajando incansablemente para asegurar que los empleadores agrícolas conozcan las reglas y para ayudarlos a cumplirlas, dijo un representante.
“Tener trabajadores que no están sanos no es una buena manera de hacer el trabajo”, afirmó Bryan Little, que dirige la política de recursos humanos de la federación. Él ha dirigido muchos cursos sobre la normativa relativa al humo de los incendios forestales para los 33 mil miembros de la organización, sostuvo.
“La gente con la que he hablado me da la impresión de que se esfuerza mucho para asegurarse que están cumpliendo”, dijo Little.
Pero las declaraciones de los trabajadores a KQED y a The California Newsroom coinciden con los resultados de una reciente encuesta realizada a más de 300 trabajadores agrícolas en el Valle de San Joaquín, hecha por la organización sin fines de lucro, Central California Environmental Justice Network.
“El reglamento no está funcionando”, dijo Nayamin Martínez, directora ejecutiva de la red. “Siempre me parece muy irónico cuando las agencias se jactan: ‘Oh, tenemos normas más estrictas [que] toda la nación’. Pues bien, esas normas están ahí. Pero si no las haces cumplir, no hay nada bueno en ellas”.
Casi el 60 por ciento de los trabajadores agrícolas encuestados en los condados de Fresno, Kern, Kings, Madera y Tulare dijeron que sus empleadores no les proporcionaron mascarillas N95, o que no sabían lo que eran las N95. Alrededor del 45% informó de que no conocía las protecciones contra el humo de los incendios forestales de California, dijo Martínez, cuya pequeña organización sin fines de lucro elaboró tarjetas en español para educar a los trabajadores sobre dichos reglamentos.
Las industrias en las que los trabajadores laboran al aire libre, como la agricultura, la construcción y el paisajismo, dependen de una proporción significativa de trabajadores indocumentados que temen especialmente a represalias si denuncian los problemas. Estos trabajadores también pueden enfrentarse a barreras lingüísticas y de otro tipo, que hacen más difícil alertar a Cal/OSHA sobre las condiciones en sus lugares de empleo, dijo Anne Katten, quien dirige el proyecto de pesticidas y seguridad laboral de la Fundación de Asistencia Legal Rural de California.
“Tiene que haber mucho más alcance y tiene que ser lingüística y culturalmente apropiado para los trabajadores”, dijo Katten, que se unió a Parker en la petición de Cal/OSHA para las protecciones. “Tiene que ser más visible. Tiene que haber un programa real y proactivo de anuncios de servicio público e información”.
Martínez sospecha que muchos pequeños empleadores, especialmente los contratistas de trabajo agrícola de habla hispana también desconocen los reglamentos. Otros tienen dificultades para monitorear el índice de calidad del aire, o AQI, ya que los sitios web destacados sobre la calidad del aire sólo están en inglés, señaló.
Sólo dos empleadores agrícolas fueron multados por los inspectores de Cal/OSHA por no proporcionar suficientes respiradores o una capacitación eficaz a los empleados expuestos al humo de los incendios forestales, según los datos de la agencia.
La mísera aplicación de la ley estatal sobre el humo no es más que el último ejemplo de la lentitud de la agencia a la hora de actuar sobre las normativas que responden a las crisis agravadas por el cambio climático.
En 2015, Cal/OSHA resolvió una demanda presentada por cinco trabajadores agrícolas y el sindicato United Farm Workers (UFW), acusando a la agencia de descuidar su deber de hacer cumplir una ley de 2005 que protege del calor excesivo a los trabajadores al aire libre. Trabajadores agrícolas habían muerto por enfermedades relacionadas con el calor mientras laboraban.
La agencia acordó aumentar su escrutinio de los lugares de trabajo durante los meses de mucho calor, y también llevó a cabo una campaña de educación masiva sobre las protecciones que requieren que los empleadores proporcionen elementos básicos como el acceso al agua fresca y la sombra, dijo Kevin Riley, que dirige el Programa de Seguridad y Salud Laboral de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).
El resultado, apuntó Martínez, son anuncios de radio sobre el reglamento de calor emitidos en varios idiomas. “Se ven carteles publicitarios por todas partes”, dijo. “En comparación con eso, no he visto tanta educación pública sobre la norma del humo”.
Mientras tanto, Cal/OSHA también tuvo dificultades con la escasez de personal que se agravó durante la pandemia. La tasa de vacantes de inspectores en todo el estado alcanzó el 26% en febrero, según Cal/OSHA, pero la agencia pudo contratar a docenas de ingenieros de seguridad e higienistas industriales. Su tasa de vacantes para esos puestos es ahora de sólo el 16%. Aun así, la agencia se ha visto desbordada por las quejas relacionadas con el COVID-19, dicen los defensores de los trabajadores, y además redujo las visitas en persona a los lugares de trabajo durante meses.
Lucido, la nueva directora de Cal/OSHA reconoció que la pandemia redujo la capacidad de la agencia para aumentar la concientización sobre el reglamento, pero rechazó la idea de que la aplicación de las protecciones contra el humo de los incendios forestales no es una prioridad para la agencia.
“Estamos decididos a que se cumpla este reglamento y a educar a los trabajadores sobre sus derechos”, afirmó. “Tener la pandemia en juego durante un año y medio de esta nueva regulación impactó nuestra capacidad de crear materiales y hacer otras cosas que hubiéramos querido hacer para participar en la divulgación”.
En los últimos seis meses, la agencia ha publicado en su sitio web vídeos y otros materiales de formación sobre la normativa en español e inglés; y se ha reunido con organizaciones comunitarias que pueden ayudar a los trabajadores a presentar sus quejas, añadió. Pero no se ha materializado ninguna campaña de divulgación masiva.
Los requisitos de California sobre el humo de los incendios forestales para los empleadores se activan sólo cuando los trabajadores al aire libre pueden estar expuestos al humo de los incendios forestales, y el índice de calidad del aire para las PM 2.5 alcanza 151 o más, lo que la Agencia de Protección Ambiental federal considera “insalubre”.
A partir de ese nivel, los empleadores deben ofrecer a los trabajadores cubre bocas N95 o realizar cambios para reducir la exposición de los trabajadores al humo. El uso de éstas mascarillas N95 es obligatorio cuando el AQI alcanza 500 o más, un nivel que rara vez sucede, incluso durante los peores incendios forestales y que supera en 200 puntos la norma de “peligroso” establecida por el gobierno federal.
De los 10 principales condados agrícolas del estado, la mayoría de los cuales se encuentran en el Valle de San Joaquín, Fresno es el que ha experimentado el mayor número de días de la temporada de incendios forestales con un AQI superior a 150, según un análisis realizado por KQED y The California Newsroom sobre los datos históricos de calidad del aire de la EPA . Desde la entrada en vigor del reglamento sobre el humo, Fresno ha registrado un total de 45 días de aire “insalubre” durante la temporada alta de incendios forestales.
Un análisis de las imágenes de satélite de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica muestra que el 5 de octubre de 2021 una gran cantidad de humo inundó Fresno y otras partes del Valle de San Joaquín, incluidos los campos donde los trabajadores agrícolas entrevistados por KQED y The California Report dijeron que trabajaron ese día. La mayor parte del humo emanaba del incendio del Complejo KNP, que hacía estragos en el cercano Parque Nacional de Sequoia. Foto: Cortesía de la NOAA.
En uno de esos días, el 5 de octubre de 2021 un inmigrante de 33 años de edad, procedente de México, dijo que trabajaba en un turno regular sacando viñas secas del suelo junto a una carretera de Fresno. El AQI rondaba entonces en los 160 en el condado, según la EPA, mientras que las imágenes de los satélites federales mostraron un intenso humo que cubría el campo donde él trabajaba.
“El humo era realmente espeso, se podía sentir”, afirmó el trabajador, que lleva 15 años labrando en Estados Unidos. “Ese día me dolía la garganta”.
Pero su empleador, un contratista de trabajos agrícolas que se identificó como Can II Ag Mgt. Inc., nunca le ha ofrecido capacitación, ni máscaras N95 en los días de humo, sostuvo el trabajador. Una gran pancarta de la empresa estaba atada a un baño portátil en el campo donde trabajaba.
“En el trabajo no nos han dado mascarilla para nada”, dijo el trabajador, que se sorprendió al enterarse de las medidas de protección. “Nunca nos han dado clases sobre qué hacer cuando hay mucha contaminación por el humo”.
KQED no revela su nombre porque él teme represalias de su empleador y, como más del 40% de los trabajadores agrícolas en el estado, es inmigrante indocumentado. Un segundo trabajador agrícola que dijo que también fue empleado por Can II Ag Mgt., que tiene su sede en Kerman, proporcionó un testimonio similar.
Varios intentos de contactar a Guillermo Cantú, director general de Can II Ag Mgt. según los archivos corporativos de California, fueron infructuosos. Pero su esposa y compañera de trabajo, Angie García dijo que estaban conscientes de la norma sobre el humo de los incendios forestales, y remitió las preguntas a su abogado.
“Les proporcionamos todo lo necesario para que lo utilicen mientras trabajan”, afirmó.
El abogado de la empresa, Anthony Raimondo negó las acusaciones de los trabajadores agrícolas, pero declinó aportar pruebas de que Can II Ag Mgt. haya tomado alguna medida para reducir la exposición de los trabajadores al humo de los incendios forestales.
“La empresa cumple con todas las leyes del estado de California. Negamos las acusaciones al 100%”, dijo Raimondo, presidente de Raimondo & Associates, en la ciudad de Fresno. “Se trata de declaraciones no corroboradas y sin fundamento. Y no habrá más comentarios”.
Los datos proporcionados por Cal/OSHA muestran que ningún trabajador presentó una queja contra esta empresa■