Busca la presidencia de EE UU con políticas y retórica cada vez más antimigrantes
Marco Vinicio González
El gobernador republicano de La Florida, Ron DeSantis renueva diariamente los elementos punitivos de su retórica antinmigrante, y propone renovar las políticas migratorias de mano dura impuestas por la administración Trump. Como revocar los precedentes de la ley internacional y de Estados Unidos acerca del asilo, en una serie de discursos cada vez más hostiles contra los inmigrantes de color.
El gobernador propone terminar con la ciudadanía por nacimiento, establecida en la Enmienda 14, lo que implicaría reformar la Constitución; restablecer la política “Permanecer en México”, que supondría la aprobación de México; terminar el muro fronterizo y también con una política ordenada por un tribunal, que requiere que las familias migrantes sean liberadas de la detención dentro de los primeros 20 días; así como militarizar la frontera.
Más reciente DeSantis habló de “usar la fuerza letal contra presuntos narcotraficantes y otros que cruzan la frontera, que ‘demuestren intenciones hostiles’”, lo que ha preocupado a muchos defensores de la inmigración, pues las detenciones de “inmigrantes” ya se cometen en base al color de la piel o al aspecto físico de los “indocumentados”, por lo que ahora con una ley de respaldo se cree que las detenciones a personas que parezcan latinoamericanas, asiáticas o de El Caribe se van a disparar.
En un acto de campaña en Eagle Pass, Texas, una comunidad que se ha convertido en un importante corredor para los cruces fronterizos sin autorización legal, el gobernador de marras dio rienda suelta a su retórica antinmigrante, poniendo énfasis en el combate a los cárteles de la droga, para o cual, dijo a la televisión, se comprometía a terminar el muro que inició Trump, su principal contendiente en la carrera presidencial de 2024.
Y es que últimamente múltiples personalidades públicas de extrema derecha han replicado este discurso de odio de los republicanos, repitiendo nociones acerca de la teoría del “gran reemplazo”, una peligrosa ideología racista. También inculcan el miedo al otro, el inmigrante de color, que supuestamente viene al país a quitarle los trabajos a los estadunidenses blancos.
Pero esta falsa noción ha sido científicamente desmentida, pues con todo el derecho del mundo, dicen algunos, los blancos no quieren realizar trabajos tan mal pagados y la mayoría de las veces sin derechos laborales plenos, como marca la Ley Federal del Trabajo. Por eso son los inmigrantes indocumentados quienes por lo general hacen estos trabajos esenciales: agrícolas, de empaque de carnes y alimentos, de construcción, limpieza de casas, escuelas y hospitales, y hasta enseñar y cuidar a los hijos de los estadunidenses, etcétera.
En otras palabras, el “plan” del gobernador floridano como candidato presidencial para 2024 resucita nada menos que las dañinas políticas de Trump sobre la inmigración. Aunque se dice de éstas que enfrentan grandes desafíos, ya que requiere revivir precedentes legales, la aprobación de otros países, e incluso una enmienda a la Constitución Política de Estados Unidos.
En Eagle Pass, un pequeño poblado texano que inundó titulares de la prensa nacional e internacional cuando nueve personas se ahogaron en su intento por cruzar a nado el Río Grande, DeSantis ignoró que en el país viven ya millones de inmigrantes indocumentados, muchos de los cuales se han quedado más tiempo del límite de sus visas. A ellos y a todos los demás DeSantis prometió deportarlos.
Y apoyó a un antinmigrantes ahí presente en el mitin de campaña, quien calificó la situación en la frontera como un acto de guerra. “Creo que el estado de Texas tiene derecho a declarar una invasión… Vamos a hacer eso y lo vamos a hacer con fuerza”, concluyó•