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Baila’ora celebra el flamenco con festival en California

Por Radio Bilingue
Publicado 24 abril, 2015

Gema Moneo.  Foto: Christine Fu.


Para remontarse al pasado, la ex-profesora universitaria de literatura revisa con cuidado su más preciado tesoro: un contundente archivo sonoro. Elige un registro, una grabación familiar de la música de artistas gitanos, una joya, dice. Entre padres, primos, hermanos y vecinos se escucha en la guitarra a Diego del Castor y al cantante Fernandillo de Morón, hoy día reconocidos exponentes del flamenco.

Nina Menéndez, fundadora Festival de Flamenco del Área de la Bahía. Foto de Fernando Torres.

“La música que me influyó cuando era joven: Grabaciones en fiestas privadas de artistas gitanos en familia, en momentos de espontaneidad haciendo descarga”, dice Menéndez.
Fueron los primeros viajes a España y los primeros pasos al interior del flamenco que influenciaron a Nina Menéndez y la convirtieron en una de las más importantes promotoras de este arte en Estados Unidos. Ella también es cantante y baila’ora de flamenco. Diez años atrás pudo realizar uno de sus más grandes sueños: fundó el Festival de Flamenco. Hoy día, este festival es una de las muestras más fecundas de la danza y el canto gitano, fuera de España.
“El flamenco es una cultura del sur de España, de Andalucía, que surge cuando llegan los gitanos en los tiempos de la reconquista de la península ibérica. Más o menos en el año mil 400. Venían desde la India en un viaje largo que duró varios siglos. Empezaron a mezclarse con todas las culturas que había ahí: la cultura musulmana, sefardí, judía, y las culturas regionales de los pueblos de Andalucía. De ahí va surgiendo esta música y esta danza que hoy día se llama el flamenco”, dice Menéndez.

Para celebrar este nuevo aniversario, Nina, junto a un grupo de voluntarios, hicieron algo que ni siquiera se ha hecho en España: juntar a tres generaciones en un solo escenario.

Concha Vargas. Foto: Acedo.

“Que diferentes artistas actuaran juntos. Que colaboraran sobre un tema, que en este caso fue el tema de las generaciones, para un poco demostrar cómo la cultura se pasa de generación en generación. Buscamos artistas que representaran tres generaciones; la generación de los sesenta, de los noventa y la generación de ahora. Son de tres pueblos diferentes, de tres familias diferentes”, dice Menéndez.

En el Palacio de Bellas Artes en San Francisco, el público pudo disfrutar a la más joven, Gema Moneo, del pueblo Jerez de la Frontera; a Pepe Torres de Morón, de la Frontera, y a la más experimentada, Concha Vargas de Lebrija.
El amor de Nina por las artes tiene sus raíces en su familia de artistas. Su madre es la conocida cantante de jazz Bárbara Dane, y su padre, Byron Menéndez fue un joyero artesanal cuyo padre emigró desde Asturias a Cuba y después a Nueva York.

“Yo me crie en una familia de músicos y artistas. Mi padre era joyero de oro y plata, artesanal; lo hacía en la sala de la casa y lo vendían ahí mismo. Mi madre es una gran cantante de blues y jazz. Los dos tenía una afición muy grande por las músicas internacionales, la música folclórica de toda clase”, dice Menéndez.

Luis de La Tota. Foto: Bruce Bisenz.

El Festival promueve un arte que sea accesible a la persona que por razones económicas no puede asistir a un espectáculo. También es un intercambio cultural y de educación sobre el pueblo gitano; un pueblo que en España y en gran parte del mundo continúa siendo discriminado, víctima del racismo.

“En España, hace poquito, salió la edición 2014 del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y como definición de la palabra ‘gitano’ ponen raza nómada, no sé qué, más o menos una descripción aceptable. Pero luego ponen ‘trapacero’. Trapacero en el argot español no gitano significa el que engaña, el que roba. O sea existe racismo contra el gitano, está a flor de piel todavía en España. También hay actitudes de que los gitanos son personas muy brutas, de que no tienen modales o de que son salvajes. Todos esos son prejuicios porque en realidad el gitano es igual que cualquier otro pueblo, de hecho es un pueblo muy hospitalario, muy abierto. Eso sí, defiende su particularidad: no quiere asimilarse”, dice Menéndez.

El trabajo de Nina frente al festival también es ampliamente conocido en España. No hay una familia o una baila’ora en España que no sepa de la existencia del festival en el Área de la Bahía. Sus continuos viajes y convivencia con destacados cultores la han hecho entender el flamenco como una especie de traspaso cultural, de diversión pero también de protesta social.

Nina Menéndez, fundadora Festival de Flamenco del Área de la Bahía. Foto de Fernando Torres.

“Para los gitanos, el flamenco es una expresión de su identidad cultural. Es un arma de resistencia cultural. Una manera de conservar la historia oral que se va pasando de generación en generación. Es como un lenguaje que se va pasando entre las familias. En el flamenco, el pueblo y la familia dentro del pueblo es fundamental. El flamenco tiene eso, tiene esa expresión de lo más profundo, se llama cante jondo, ¿no? Expresión de ese dolor milenario que lleva el pueblo gitano”, concluye Menéndez■

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