Aumenta la oposición a redadas en Los Ángeles

Manifestantes protestan contra las redadas y la militarización de partes de Los ángeles. Foto: Rubén Tapia.
A una semana del inicio de los indiscriminados operativos migratorios en el condado de Los Ángeles, apoyados por soldados de la Guardia Nacional e infantes de Marina, se conocen pocos detalles sobre la situación legal de los detenidos. La ampliación de las redadas a otras ciudades del condado genera temor y angustia, denunciaron alcaldes y concejales de las comunidades impactadas. Con información sobre la expansión de las protestas en contra de esta política nos reporta Rubén Tapia desde Los Ángeles.

La abogada Elaina Jung Hee Vermeulen, asiste a familias zapotecas detenidas en las redada de ICE. Foto: Rubén Tapia.
No firmes nada…
Iniciaron las redadas en Los Ángeles en la compañía de ropa de moda Ambiance Apparel. Observadores legales y familiares acudieron a documentar y otros a resistir los arrestos. Se generó una confrontación con oficiales fuertemente armados que lanzaron una lluvia de disparos de balas de goma, y otro vehículo casi atropella a un manifestante que le impedía retirarse.
Los familiares de los detenidos días después denunciaron el drama que experimentaron.
“Vi con mis propios ojos el dolor de las familias y familiares llorando, gritando sin saber qué hacer, igual que yo… Lo que pasé ese día fue una experiencia muy traumática, de cómo ver a tu papá encadenado de la cintura, manos y pies, sin poder hacer nada”
A una semana de los incidentes, poco se sabe de los cargos a 13 de los detenidos, de origen zapoteca, dice la abogada Elaina Jung Hee Vermeulen.
“Todavía no sabemos los cargos porque no hemos podido tener consultas con ellos, pero ya fueron trasladados”
Esta primera redada, que incluyó locales de una cadena de tiendas de artículos de construcción, una tienda de donas y otras localidades, fue tan aparatosa que generó mucha indignación. Al siguiente día la tensión explotó en los límites de la ciudad de Paramount y Compton, al sur de Los Ángeles. Centenares salieron a repudiar la cacería de jornaleros, convirtiéndose en una batalla campal de varias horas.

La iglesia también se sumó al rechazo de la violencia de ICE y la presencia de los militares en Los Ángeles. en la fto, el pasto Brendan Busse se dirige a los manifestantes. Foto: Rubén Tapia.
Agentes lanzaron bombas aturdidoras, gases lacrimógenos y balas de goma. Los manifestantes respondieron con piedras, quema de basura, y de un vehículo más daños a negocios.
En respuesta el presidente Trump, sin tomar en cuenta al gobernador de California ni a las autoridades municipales ni policiacas del estado, desplegó 4 mil soldados de la Guardia Nacional, y 700 efectivos de la infantería de la marina. Y aseguró que agitadores profesionales mantienen la ciudad en el caos, que ni el gobernador ni la alcaldesa los pueden meter en cintura.
Sin embargo la militarización, lejos de disminuir alimentó las protestas. Cada operativo migratorio, con agentes fuertemente armados, el rostro cubierto y en vehículos sin placas, realizados en gimnasios, cerca de escuelas e iglesias, ha encontrado resistencia de los vecinos o testigos de la redada. También la condena de decenas de autoridades municipales, como la alcaldesa de la ciudad de Paramount, Peggy Lemons.
“En el mitin del Consejo Municipal escuchamos el enojo, la frustración y la incertidumbre, y los entendemos perfectamente”
Para ayudarlos establecerán un fondo, dijo, ya que muchos no han salido a trabajar; hay alumnos que no asisten a la escuela, ni van de compras o al trabajo. Se quedan en casa. Las calles lucen semi vacías.
“¡Trump, escucha, estamos en la lucha!”
Pero las protestas no se detienen y el blanco de la indignación es el edificio federal, donde hay un centro de detención. Siempre custodiado por la Guardia Nacional, a quienes muy seguido los manifestantes les hacen reclamos verbales.
A menudo les responden con gases, balas de goma y a veces toletazos y cargas de caballo de la policía de Los Ángeles y agentes del Sheriff. Ante la quema de vehículos y el saqueo de algunos negocios por grupos pequeños de manifestantes, la alcaldesa de los Ángeles, Karen Bass, que se opone a las redadas y la militarización, decretó un toque de queda limitado a seis millas alrededor del edificio federal. De 8 de la noche a 6 de la mañana.
Por otro lado, una amplia coalición de líderes religiosos se sumó a la resistencia. Después de un evento en un parque, realizaron una caminata con velas donde participó el pastor Melvin Valiente.
“Hemos venido para orar por la paz. Para que se paren las deportaciones. Para demostrarle a Estados Unidos que Los Ángeles no está en una situación peligrosa. Que no necesitamos la Guardia Nacional. Lo que ha producido la guardia es provocación”
Después, frente a los guardias nacionales rezaron por la liberación de los detenidos.
“Dios te salve María, llena eres de gracia…”
También alzaron la voz los empresarios. María Salinas es presidenta de la Cámara de Comercio de Los Ángeles:
“Ya es suficiente, necesitamos desescalar esto”
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Los Ángeles, California, Rubén Tapia.
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