Alternativa móvil para tratar sobredosis de opioides en NY

Se estima que en Estados Unido más de 107 mil personas murieron en 2023 por una sobredosis de opioides (desde los analgésicos fuertes recetados, como el Oxycontin, pasando por la heroína, la metadona y los opioides sintéticos como el fentanilo, el más mortal muchas veces adulterado, envenenado). Casi 75 mil de estas muertes ocurrieron por consumir fentanilo, lo que muestra sin embargo una ligera disminución respecto a 2022, cuando los decesos fueron más de 76 mil muertes, 5 mil de ellas nada más en Nueva York.

Han sido varios los esfuerzos de las autoridades para tratar el trastorno por consumo recurrente de opioides, con foco en tres tipos de medicamentos antídoto aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA): Buprenorfina, Metadona y Naltrexona inyectable de liberación prolongada (que viene a ser doblemente más potente que Naloxona), dice la rama de Ciencias Avanzadas del Instituto Nacional sobre Abuso de Sustancias.

Una de las alternativas utilizadas en vecindarios de las minorías en Nueva York, como El Bronx o Harlem, es la visita todas las mañanas de la semana de una furgoneta que se estaciona en las afueras de un hotel de la cadena Days Inn en el sur del Bronx, (Tratamiento Móvil) que distribuye un líquido de color rosa brillante; una dosis de metadona, que le ahorra las horas de desplazamiento y espera que a menudo se necesita para visitar físicamente una clínica física a fin de obtener el medicamento.

Hasta 2023, 450 mil estadunidenses tomaban metadona como antídoto a los opioides, un arma poderosa en la lucha contra la crisis de sobredosis de fentanilo, que es difícil de distinguir a simple vista. “La metadona, en sí misma un potente opioide, se ha utilizado durante décadas para tratar a las personas adictas a las drogas como la heroína”. Pero también puede ser difícil de acceder, debido a las reglas del gobierno que han mantenido su distribución estrictamente controlada, señala la fuente.

Hay abundantes pruebas de que la metadona, la buprenorfina y la naltrexona aumentan la probabilidad de que una persona continúe con el tratamiento, es decir reduce el riesgo de muerte por sobredosis y la dependencia, buscar comida en los botes de basura de la calle y dormir -y hasta morir- debajo de un puente cuando la crisis toca fondo.

Pero la crisis de las muertes por sobredosis de opioides no sólo no mejora, sino que ha empeorado, dicen las autoridades, mientras algunas de las normas punitivas para encarar el problema se han relajado. Y aunque no están al alcance de todos los tratamientos alternativos para tratar las adicciones, ganan terreno por ejemplo aquellos que ofrecen la parafernalia para consumir estas drogas: jeringas, agujas, pipas, hojas de aluminio, etcétera. Hasta los salones individualizados para el consumo supervisado de estupefacientes.

Estas medidas alternativas a los medicamentos también disminuyen el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas como el VIH o la hepatitis C,  reducen la conducta delictiva asociada con la interacción con la justicia penal y las fuerzas del orden, y brindan una relativamente mayor probabilidad de obtener empleo.

Algunos expertos en salud pública esperan que los programas de tratamiento móvil, como el del Bronx, ayuden a aumentar el acceso al remedio. Ahora hay 42 furgonetas registradas a nivel nacional, una de ellas en Rhode Island, aunque aún no todas están operativas, afirma la junta directiva de la Asociación Americana para el Tratamiento de la Dependencia de Opioides.

En Nueva York, los funcionarios estatales han aprobado 11 furgonetas, pero hasta ahora sólo dos están operando, ambas en la ciudad de Nueva York, señala la Oficina de Servicios y Apoyos de Adicciones.