Altar celebra barrio latino ante desplazamiento
Rubén Tapia
La artista y educadora Ofelia Esparza es una pionera constructora de altares, las tradicionales ofrendas
“Aquí vamos a poner un altar de celebración de la vecindad de Boyle Heights. Somos comunidad y aquí estamos y no nos vamos”, dice Ofelia Esparza.
Rodeada de jóvenes del área de Boyle Heights, Esparza, de 82 años de edad, dirige la ceremonia donde inauguran un altar simbólico colocado en dos postes del alumbrado público de la Plaza del Mariachi.
Su hija Elena toca un tamborcillo y entona junto con Ofelia una canción ancestral de los nativos indígenas del desierto, “La pieza de todas las piezas”.
Elena quema incienso y entre sus manos toma una piedra que levanta de un mantel bordado con lazos multicolores colocado en el suelo y explica el significado de la canción.
“Todas estas piedras se miran hermosas cuando están mojadas. Y cuando las miras, parecen como grava en el suelo, pero cuando levantas una y preguntas, ‘tú que eres una piedra tan bonita, ¿quién eres?’, responde, ‘¿por qué me llamas piedra? Yo soy la montaña”, dice Elena en inglés.
La canción es una especie de metáfora: la montaña es la comunidad, y las piedras son todos los que viven en ella, todas ellas son muy importantes.
Más de dos centenares de jóvenes construyen piezas de arte con diversos artistas alrededor de la plaza. Ofelia y sus dos hijas Elena y Rosana coordinan a más de dos docenas de jóvenes, sentados en varias mesas donde hay papel de diversos colores, tijeras, cinta adhesiva, y otros materiales para que diseñen los adornos para su altar comunitario.
Este altar reflexiona desde el arte lo que significaría ser desplazados de sus comunidades producto del desarrollo inmobiliario de este barrio emblemático de la comunidad mexicana de Los Ángeles. Lo que en inglés se conoce como gentrificación.
Ya antes, Ofelia y sus hijos han creado altares dedicados a los inmigrantes muertos el 11 de septiembre, a los soldados caídos en Irak, a los presos en las cárceles. En esta ocasión el altar es para celebrar esta comunidad, destaca Ofelia.
“…Y celebrar este sentido de pertenecer, de sentirse seguro en este ambiente cultural porque siempre hay este temor, especialmente en este tiempo donde se oyen muchos rumores de que va a cambiar aquí”, dice Esparza.
Dos de los participantes son el joven Chris Chávez y su amiga Alejandra.
“Ahorita estamos dibujando cosas que vamos a agregar al altar”, dice Chris. “(Estoy dibujando) un tambor que se llama huehuetl, somos danzantes aztecas”.
Alejandra agrega, “I’m drawing something that I don’t want to be gone here in Boyle Heights because the gentrification. Like trees and birds and stuff like that” (“Estoy dibujando árboles y pajaritos, algo que no quiero que desparezca de la comunidad por el desplazamiento”.
Ofelia Esparza es pionera en la construcción de altares en el país, un ritual milenario de las comunidades indígenas mexicanas. Tiene más de 30 años haciéndolos, y ha involucrado a todos sus hijos en esta expresión artística.
“Para mí es como una devoción,” dice. “Yo aprendí de mi mama y aunque yo nací aquí, ella se vino pero se trajo sus tradiciones. Antes no se conocía públicamente y aquí hasta muchas personas de México que venían, no se acostumbraba, pero ahora está donde quiera, donde hay mexicanos hay celebración”.
Cuando finalizan el altar, los dos postes del alumbrado público de la Plaza del Mariachi, quedan tupidos de flores de papel multicolor, dibujos y adornos que los jóvenes de Boyle Heights crearon. No falta la Virgen de Guadalupe, muchos corazones, símbolo de amor para su familia, su comunidad, sobre la unidad familiar y el rechazo a ser desplazados.
La artista Amalia Mesa-Bains, que recibió el premio MacArthur, quien fue invitada a la ceremonia, queda impresionada al observar esta experiencia artística colectiva.
“Esta es una de las ceremonias más profundas que haya visto jamás”, dice Mesa-Bains. “Donde no es sobre el mundo del arte o como alguien más lo vaya a percibir, es la experiencia real de la comunidad”.
Al cierre de la ceremonia, Mesa-Bains reflexiona con los jóvenes del barrio sobre la construcción de este altar comunitario.
“Están señalando que este lugar es de ustedes”, dice Mesa-Bains. “Para recordarle a otra gente que este lugar, sin importar como sea percibido por aquellos que nos son de aquí; es un lugar con espíritu, un lugar con corazón es un lugar donde tienes tu hogar”.
Y afirma que vale la pena defenderlo.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, reportó desde Boyle Heights, Los Ángeles, Rubén Tapia.