¿Alertas virtuales podrán reducir peligros de pesticidas en campos de California?
Flor Alvarado no se olvida del día de invierno en el que comió una fresa en el campo agrícola donde trabajaba; tenía un embarazo de tres meses y no sabía que habían fumigado. Poco después comenzó a tener sangrado vaginal y de inmediato se fue a buscar ayuda médica.
“Al llegar al hospital nunca me preguntaron ¿en qué trabajas? Nunca me dijeron ¿qué comiste? Simplemente me dijeron que ahí estaba yo en un aborto, que se me quería venir el bebe”
Ese día supo que tendría gemelas, y por fortuna su embarazo llegó a buen término. Lo que Flor no sabía es que expertos en salud vinculan los abortos espontáneos a la exposición a pesticidas, a nenes que nacen sin vida, con defectos de nacimiento, o que tienen problemas del desarrollo.
“No era la primera vez que teníamos contacto con el pesticida”
En sus 14 años que lleva trabajando en el campo Flor asegura que nunca les avisaron cuando iban a fumigar, ni les daban equipo de protección.
“Simplemente nosotros nos cubríamos con lo que podíamos”
Pero además, le molestaban los desagradables olores de los pesticidas.
“Agh, me daba náuseas, me daba náuseas y me daba dolor de cabeza”
Esto sucede a pesar de que regulaciones federales establecen que los empresarios agrícolas capaciten a sus trabajadores sobre los riesgos a la salud por la exposición a los pesticidas, y tomen medidas protectoras. Flor recibió ese entrenamiento en 2019 pero fue mínimo, y en ese entonces no lo vinculó cuando empezó a notar que sus hijas tenían un notable retraso en su desarrollo.
“No era normal que ellas no me dijeran mamá, o papá, cosas que ya tenían que decir a los dos años. Tardaron bastante para caminar”
Cuando empezaron a ir a la escuela un especialista le dijo a Flor que tenían sus hijas problemas de aprendizaje. Y luego durante la pandemia recibió malas noticias de su pediatra.
“Me dijeron que tenían pérdida del oído”
Fue cuando Flor vinculó los problemas de sus hijas a la exposición a los pesticidas en su trabajo durante su embarazo. Indignada se volcó al activismo con la organización ‘Californianos por la Reforma de Pesticidas’, en Oxnard.
Después de protestas y presión legislativa más de 200 organizaciones medioambientalistas lograron que el gobierno estatal financie con 10 millones de dólares la creación de un sistema para informar a los trabajadores y pobladores rurales en qué zonas agrícolas se fumigará, para que se protejan. La idea aún en desarrollo le parece buena a Teresa Gómez, organizadora de Californianos por la Reforma de Pesticidas, en Ventura.
“Es importante el día que se va a esprayar un químico fuerte; es importante saber la ubicación, para no dejar a nuestros hijos que se expongan a estos químicos”
El Departamento de Regulación de Pesticidas de California está desarrollando este plan piloto en los condados de Riverside, Ventura, Stanislaus y Santa Cruz. Si es efectivo, diseñaran un sistema estatal. Sin embargo, hay muy poca información y mucha desconfianza de las comunidades inmigrantes a cualquier contacto con el gobierno, dice la activista Teresa Gómez. Y además agrega:
“No es que no les interese, sino que no está dando la ubicación”
Gómez se refiere a la ubicación de dónde exactamente se aplicarán los pesticidas.
Pero los retos son enormes. Según un estudio oficial de las autoridades ambientales de California, cada año en California fumigan más de 200 millones de libras de pesticidas en los campos agrícolas, nocivos para la salud. Más de la mitad en comunidades de mayoría latina, afroamericana y otros grupos no anglosajones.
Por su parte, el intenso activismo de Flor la ha llevado a sumarse a tres organizaciones, incluyendo la Unión de Campesinos (UFW). No se cansa de recordar los peligros de los pesticidas impregnados en la ropa del trabajo.
“Llegaba a mi casa y me acostaba a dormir. Eso era con la ropa del trabajo, eso era lo que yo hacía. Y ahora ya, ahora que ya lo sé, ya, ahora si ya dejo hasta los zapatos afuera y todo”
Las gemelitas de Flor, de siete años, son dos pequeñas alegres que aman nadar y siguen teniendo problemas de aprendizaje. Flor tiene confianza de que el sistema de alertas ayude a que trabajadores y sus familias se protejan contra los pesticidas y no pasen por lo que ella vivió.
“A raíz de esto no nomás yo me voy a beneficiar, van a ser muchos campesinos que como digo yo, yo soy una de muchos campesinos”
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