A pesar de tácticas dilatorias y leguleyas, Bernardo Arévalo es presidente de Guatemala
A pesar de los incesantes intentos presuntamente legales por descarrilar el triunfo del hoy presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, quien ganó las elecciones de Guatemala el 20 de agosto de 2023 con un sorprendente 60.9 por ciento sobre su oponente y presidente en funciones entonces, Alejandro Gammattei, Arévalo se juramentó como el nuevo presidente de Guatemala en las primeras horas de este 15 de enero.
Desde su triunfo en las urnas Arévalo ha venido denunciando las tentativas de funcionarios públicos catalogados por él mismo como “corruptos”, para evitar que asumiera la presidencia de su país.
Y es que los esfuerzos por impedir que asumiera la presidencia de Guatemala llegaron al paroxismo en días recientes, cuando los fiscales y el Congreso avanzaron para retirar a Arévalo su inmunidad judicial, y anular en efecto los resultados de las elecciones.
Hubo también otros intentos por retirar la inmunidad a Arévalo y encarcelar a algunos de sus aliados, medidas que habrían podido abrir el camino para que funcionarios judiciales buscaran arrestarlo y haber entorpecido la transferencia de poderes prevista para la medianoche de hoy.
Calificado por la prensa internacional como el más progresista presidente guatemalteco en casi 40 años, por parte del Movimiento Semilla, el partido progresista que él mismo cofundó, Bernardo Arévalo asume un país con altos índices de pobreza y una gran población indígena, gran parte de la cual ha emigrado a Estados Unidos.
Vale anotar que desde el pase a la segunda vuelta el Movimiento Semilla fue objeto de investigaciones por presuntas irregularidades en su creación, a cargo de la Fiscalía guatemalteca, que está liderada por algunos jueces incluidos en la lista de Estados Unidos como “funcionarios corruptos y antidemocráticos”.
Arévalo, un sociólogo formado en Israel, que asume la presidencia de Guatemala con una agenda de las más progresistas desde que se restaurara la democracia en Guatemala en 1985, tras décadas de gobierno militar, señaló que a pesar de que se observan en el horizonte político oscuros nubarrones, aún se mira un camino para enfrentar los enormes obstáculos que se avecinan.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien no acudió a la toma de posesión de Arévalo y en su lugar envió a la Secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcenas, felicitó a su homólogo guatemalteco. Y declaró que tras una jornada de caos y desacuerdos entre el Congreso y decisiones judiciales, el gobierno saliente demoró el proceso de toma de decisión durante horas: “Hubo una táctica dilatoria evidente”.
Hay quienes no están seguros de que los adversarios de Arévalo vayan a cejar en sus ataques, pues han usado la ley una y otra vez como un arma para aplastar las iniciativas anticorrupción.
Pero Arévalo ha dicho que “vendrá la primavera”, en alusión a los gobiernos de los expresidentes Juan José Arévalo, su padre, y Jacobo Árbenz (1945-1954, cuando fue derrocado este último por Estados Unidos), tiempos conocidos también como “los gobiernos de la revolución” o “de la primavera”, que fueron proyectos de inclusión de los pueblos indígenas y de acceso a la tierra para los campesinos, así como de la creación del Instituto de Seguridad Social.
Enhorabuena.