A pesar de los pesares, la lucha por el derecho al aborto no acaba
Marco Vinicio González
A cinco décadas del histórico fallo Roe v. Wade, que estableció el derecho constitucional al aborto, miles de personas, principalmente mujeres en todo el país, continúan demostrando que la lucha por el aborto sigue viva. Esto, tras el sorprendente revés que la mayoría conservadora de la Corte Suprema asestó al movimiento por el derecho al aborto, revocando la histórica decisión en junio pasado.
Como pudo verse en las últimas elecciones intermedias, dicho fallo se volcó en uno de los debates más divisivos en los estados de la nación, y desde entonces al menos 13 de ellos han prohibido el aborto por completo, mientras que otros han restringido el acceso al procedimiento.
Línea Abierta abordó el tema tomando en cuenta el posible impacto en las mujeres latinas, que son el grupo más grande de mujeres de color que se verán afectadas por la decisión de anular Roe v. Wade y las referidas prohibiciones estatales a su salud reproductiva. Alrededor de 6.5 millones de latinas viven en 26 estados que en diferentes niveles están restringiendo el acceso al aborto.
¿Cómo se ve afectada la salud reproductiva de estas mujeres latinas, o indígenas y negras o pobres, que han sido las más perjudicadas?
Lupe Rodríguez, Directora Ejecutiva del Instituto Nacional de Latinas para la Justicia Reproductiva, platicó con Chelis López, conductora de Línea Abierta, sobre el efecto de dicha prohibición en esas mujeres que enfrentan una serie de barreras que las coloca en un camino cuesta arriba.
Además de la desconfianza hacia los sistemas de salud y las barreras de lenguaje, económicas y en ocasiones hasta de falta de estatus migratorio para el acceso a la salud reproductiva, cabe destacar que “las personas indígenas, las personas negras, son parte de la comunidad latina también y han enfrentado aún más la discriminación y los abusos por parte de estos sistemas”, dice Rodríguez.
Cuando la sociedad abre las puertas para criminalizar a las personas indígenas o negras, fallos como el de la Corte Suprema que abolió Roe v. Wade incrementan la criminalización de dichas personas, señala la invitada.
“Es importante notar que aún en la comunidad latina, que es muy grande y diversa, definitivamente las personas indígenas, las personas negras, son las más afectadas en este momento que cualquier otra”, dice.
En las pasadas elecciones, varios estados se movilizaron para consagrar las protecciones del aborto en sus Constituciones políticas al tiempo que otros propusieron limitar este derecho, y hasta criminalizar a los médicos en los casos en que siguieron prestando sus servicios para finalizar embarazos indeseados.
-¿Cómo entender, Lupe, lo que pasó con el aborto en las lecciones de noviembre y cómo ha cambiado la lucha para proteger el derecho al aborto en el país?
“Las victorias en estados como Michigan, Vermont, California, y muchos otros estados que aprobaron leyes que agregan el derecho al borto a sus constituciones estatales, demuestra el poder de nuestras voces y de nuestro voto. Sabemos que la mayoría en este país, incluidos los latinos, apoyamos el acceso al aborto y no queremos que nos prohíban el acceso a este cuidado médico”, explica Rodríguez.
Tambien dice que numerosas encuestas demuestran que la mayoría de las personas apoyan la legalidad y protección del aborto, y que esos números han estado aumentando en los últimos años: “La comunidad latina cuenta con más del 60 por ciento, que creemos que debe ser legal, y hemos votado para señalar ese deseo”.
Este impulso “nos lanza hacia el futuro de este movimiento: sabemos que el poder político existe con las personas en los estados, existe cuando invertimos en las comunidades en las que no se ha invertido en el pasado, para que salgamos a votar, para incorporarnos a los sistemas de poder en este país, y el camino para llegar a un futuro que francamente nunca hemos vivido en este país. Es invertir en las comunidades, crear avenidas para capacitarnos, para poder movilizar a la comunidad y seguir hablando de estos temas”, dice Rodríguez.
Sostiene que su instituto está invirtiendo para saber qué se puede hacer en las elecciones que vienen, pero también pensando a largo plazo: “Esta es una pelea que va a tardar mucho porque no sólo queremos llegar a algo similar a Roe vs Wade. Queremos llegar a algo más que eso, a algo que nunca hemos tenido”, menciona.
-¿Qué hace falta para ir andando este camino de injusticias? ¿Cuáles son esas acciones que rondan al Instituto para la salud reproductiva, junto con otras organizaciones que en este país siempre están en esta lucha por este derecho?
“Hay que saber que el aborto no es ilegal en este país por completo”, subraya Rodríguez. “Hay muchos estados en los que pueden seguir obteniendo cuidado reproductivo. Para que las personas sepan cuáles son sus derechos, cómo acceder a ese cuidado, y en colaboración con otras organizaciones estamos apoyándoles con recursos para poder viajar fuera de los estados. Estamos invirtiendo en las comunidades para incrementar la capacidad de votar, para conectar a las personas con sus derechos y saber qué pueden hacer para movilizar a sus comunidades hacia adelante, [para] empezar a crear sistemas políticos en este país que en verdad nos representan”.
Además, afirma estar trabajando con el gabinete presidencial y los legisladores para avanzar leyes donde se pueda, o cambios administrativos para poder brindar ayuda a las personas que la necesitan en este momento y en el futuro, asumiendo el reto con diversas estrategias. Se dice estar convencida de que “tenemos el poder de las personas detrás de esta lucha, y sabemos que vamos a salir adelante”■