Ninguna persona asegurada debe perder su cobertura de salud

Protesta-Resistencia de miembros del SEIU. Foto: SEIU

Protesta-Resistencia al ‘TrumpCare’ por parte de miembros del SEIU. Foto: SEIU

De la redacción

“El resultado de la pérdida del seguro para 23 millones de personas es inaceptable. Es ahora de arreglar el sistema de salud de nuestra nación para garantizar el acceso a todos. La acción bipartidista sobre esta prioridad nacional es lo que se necesita”.

Charice es una trabajadora avecindada en Tulare, un pequeño poblado del fértil Valle Central de California, de donde sale aproximadamente la mitad de las verduras frescas y los vegetales que alimentan a casi medio país. Durante años ella anheló tener acceso a los servicios de salud y cuidados médicos propios de su género, pero su deseo creció al máximo hasta cobrar carácter de urgencia cuando le diagnosticaron cáncer de mama en 2013, dice un despacho del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios, SEIU.

Charice no es la única persona que necesita cobertura médica de urgencia en este país, que está a punto de dejar sin seguro de salud a unos 23 millones de actuales derechohabientes, un millón menos que los primeros estimados de las proyecciones que hizo la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), luego que los republicanos pasaran en la Cámara de Representantes su costoso plan de salud, conocido vulgarmente como ‘Trumpcare’; una peligrosa propuesta, por el número de desasegurados que arrojaría si pasara también en el Senado, y luego fuera promulgada como la nueva ley de salud con la firma del presidente Trump.

Pero ni la administración Trump ni los republicanos del Congreso parecen entender esto, sostiene el SEIU. El presupuesto del presidente, divulgado este martes, pide un recorte de 610 mil millones de dólares al Medicaid para los próximos 10 años, y a consecuencia dejaría un estimado de 23 millones de estadunidenses sin seguro.

Apelando al sentido común cualquiera pensaría que una propuestas como la de los republicanos no pasaría en el Senado de la manera como está redactada. No sólo por el número de desasegurados que arrojaría, sino entre otras cosas por el incremento en las primas de la cobertura y las restricciones a las personas con enfermedades preexistentes, través de un tratamiento ‘especial’ (pulls) con coberturas mucho más cara sobre todo para las personas mayores y pobres con dichas enfermedades.

El SEIU estima que “incluso las versiones menos draconianas aumentarían las filas de los no asegurados y reducirían el ya escaso financiamiento a los casi 300 hospitales a mis que les brindan atención”, lo que hace dos veces más difícil para esos hospitales permanecer en el negocio.

Agrega: “El presupuesto de Trump es un reflejo de sus valores y son valores que los miembros de SEIU rechazan; son valores que darían más dinero a Trump, a su familia, a sus amigos corporativos, así como a su gabinete –compuesto en gran medida por banqueros y financistas de Wall Street o Goldam Sachs-, arrancando servicios de salud y seguridad de alguien como Charice”.

Así pues, de los recortes a la asistencia sanitaria para millones de familias trabajadoras, a la nutrición de los niños pobres y al cuidado de los ancianos, por ejemplo, hacen del presupuesto de Trump para el sector de la salud “un modelo para una América hambrienta y enferma, para un país que abandona al sufrimiento y a su suerte por lo pronto a 23 millones de derechohabientes”, protegidos bajo la Ley de Salud Costeable (ACA), actualmente vigente. Además, “carece de oportunidades para todos, excepto para los pocos afortunados de nacer en dinastías como Trump”.

Al respecto, el SEIU hace un llamado a “los miembros del Congreso de California, que deben elegir si apoyan estos valores destructivos o no”. Los miembros del SEIU, dicen estar “listos para luchar por nuestros valores: cuidado, inclusión y compasión”.

En tanto, la pérdida del seguro de salud para 23 millones de personas es inaceptable, dice a su vez en un comunicado la Alianza Nacional para la Salud de los Hispanos (National Alliance for Hispanic Health), el principal grupo de defensa de la salud de los latinos en la nación, dice su comunicado.

“La promesa de ‘seguro para todo el mundo’ debe honrarse, y necesitará que los dos mayores partidos políticos del Congreso trabajen juntos en beneficio de la nación”.

El principal resultado de un esfuerzo honesto bipartidista, sostiene la alianza, debe ser que ninguna persona asegurada pierda cobertura; y que los no asegurados actualmente obtengan acceso a la salud, “incluyendo la casi tercera parte de los hispanos actualmente sin seguro”.

Dicho acuerdo bipartidista “no debe imponer topes ni recortes al Medicaid, advierte Jean Delgado, presidenta de la referida alianza: “Es el enfoque equivocado”.

El proyecto de ley de la Cámara de Representantes para la presunta reforma al sector salud “es una noticia que no es aceptable para nadie. Tenemos que trabajar para que todo el mundo pueda tener seguro; es allí donde debe comenzar cualquier discusión”, insistió Delgado.

Una cosa en la que está de acuerdo todo el Congreso, abunda, “es que nuestro sistema no es perfecto; por tanto, es hora de comenzar a trabajar de forma bipartidista y servir a los intereses de la nación”.

Entre las acciones a realizarse, la Alianza hizo énfasis en las siguientes:

  • Rescatar a los trabajadores sin seguro actualmente atrapados en la brecha de cobertura (ingresos demasiado altos para recibir Medicaid, y demasiado bajos para permitir el pago de las primas de seguro);
  • Expandir Medicaid, en lugar de imponerle topes y recortes;
  • Reformas de mercado para reintroducir en los mercados abandonados a las compañías de seguro;
  • y, Fortalecer y expandir la red de centros comunitarios de salud que demuestren capacidad para prestar servicios culturalmente competentes de calidad.
Para mayores informes sobre los planes del SEIU, contactar a Mike Roth, al 916.444.7170 o a María Elena Jáuregui, al 818.355.5291 (español).
Para más información sobre the National Alliance for Hispanic Health, visite http://www.healthyamericas.org, o llame a la línea de asistencia nacional, al 1-866-783-2645. O a Marcela Gaitán, (202) 797-4336, mgaitan@healthyamericas.org
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