Estudios reiteran que nativos de EEUU cometen más crímenes que indocumentados

El jefe de policía, Art Acevedo y el alcalde de Houston, Sylvester Turner, dos días después de que se conociera la noticia de que Acevedo abandonaría APD para convertirse en jefe de la policía de Houston. Foto: The Austin Chronicle.

El jefe de policía, Art Acevedo y el alcalde de Houston, Sylvester Turner, dos días después de que se conociera la noticia de que Acevedo abandonaría APD para convertirse en jefe de la policía de Houston. Foto: The Austin Chronicle.

De la redacción

Como es bien sabido, uno de los pasatiempos favoritos del presidente Trump es atacar –entre otros- a la inmigración, y particularmente a los indocumentados. A esta población le atribuye muchos de los males de la nación, como la violencia y el crimen, la drogadicción el alcoholismo y otros delitos que llegan hasta la violación, como dijo desde que era candidato en sus discursos de campaña refiriéndose a los mexicanos. Pero la ciencia comprueba la falsedad del presidente.

Cuatro estudios académicos de reciente aparición demuestran que la inmigración ‘ilegal’ (el entrecomillado es nuestro), no aumenta la prevalencia de crímenes violentos o problemas de drogas y alcohol.

“En la gran cantidad de investigaciones, motivadas por la retórica de Trump, los científicos sociales se propusieron responder a esta pregunta: ¿son los inmigrantes indocumentados más propensos a infringir la ley?”

El criminólogo de la Universidad de Wisconsin en Madison, Michael Light analizó si el aumento vertiginoso de la inmigración ‘ilegal’ en las últimas tres décadas provocó un incremento proporcional de los delitos violentos: asesinato, violación, robo y asalto agravado.

“El aumento de la inmigración indocumentada desde 1990 no ha incrementado el crimen violento en el mismo período de tiempo”, dijo Light en una entrevista telefónica con la Radio Pública Nacional (npr). Esos hallazgos se publican en la edición actual de la revista Criminology.

En otro estudio, continúa la fuente, estos mismos investigadores habían analizado anteriormente el crimen no violento, y descubrieron que “la dramática afluencia de inmigrantes indocumentados, de manera similar, no elevó las tasas de arrestos por drogas y alcohol o el número de sobredosis de drogas y muertes por DUI” (conducir bajo la influencia del alcohol o drogas).

El criminólogo Light agregó: “No encontramos evidencia de que la inmigración indocumentada aumente la prevalencia de cualquiera de esos resultados”.

Un tercer estudio, realizado por el Instituto “libertario” Cato, analizó recientemente la criminalidad entre inmigrantes indocumentados en Texas. “El estado registra el estatus migratorio de los detenidos, creando una mina de oro para los criminólogos”.

Según dicho instituto de criminología, “en 2015, las tasas de condenas y arrestos criminales en Texas para los inmigrantes indocumentados eran más bajas que las de los estadunidenses nativos, por asesinato, agresión sexual y robo”.

Por otro lado, un documento de investigación que aparece en la edición actual de la revista U.K. Migration Letters muestra que “los inmigrantes indocumentados jóvenes participan en menos delitos que los inmigrantes legales o sus pares nacidos en Estados Unidos”.

Una de las mayores poblaciones de inmigrantes indocumentados se halla en Houston, Texas. Allí, el jefe del Departamento de Policía, Art Acevedo, dijo a la fuente no estar sorprendido con los hallazgos de dichos estudios.

Acevedo ha sido un crítico acérrimo de la persecución que Trump, y anteriores administraciones han desatado contra los inmigrantes indocumentados, que en su opinión forman parte del tejido social y de la comunidad.

“No hay una ola de crímenes cometidos por la comunidad inmigrante. De hecho, muchos de los crímenes violentos con los que estamos lidiando están siendo cometidos por personas que nacen y crecen aquí en Estados Unidos”, afirmó enfático este jefe policial, dice la fuente.

Según estos estudios durante décadas las ciencias sociales se centraron en la magnitud del crimen cometido por inmigrantes legales. “Estos nuevos estudios son importantes porque están entre los primeros en explorar el vínculo entre el crimen y la inmigración illegal”.

Acevedo, quien cuenta con una larga trayectoria de 32 años de servicio público en las fuerzas policiales de esa comunidad texana, sostiene que “ durante toda mi carrera profesional, sé que la gran mayoría de los indocumentados que he encontrado son muy trabajadores. Están aquí para ganarse la vida honestamente”.

De acuerdo con npr, el resultado de estos nuevos estudios no va a inclinar la aguja en el debate sobre la inmigración indocumentada. Y cita a Ed Dykes, un ingeniero eléctrico de un condado de Houston donde ganó Trump con una proporción de 4 a 1. Él dice que “un crimen cometido por un inmigrante indocumentado es ya demasiado”.

No obstante, los hallazgos de dichos estudios realizados por prestigiados criminólogos ponen al descubierto, una y otra vez, el carácter racista y enófobo del presidente de Estados Unidos con su cruzada de palabras ofensivas y acciones crueles contra los inmigrantes, indocumentados y no.

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