La E.P.A. sigue desmantelando reglas de protección al ambiente y la salud pública

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De la redacción

La administración de Trump continúa desmantelando protecciones al medio ambiente y a la salud humana instauradas en previas administraciones. El jueves la Agencia de Protección al Ambiente (E.P.A.) levantó la prohibición al uso de pesticidas compuestos con químicos tóxicos como el Clorpirifos, señalado hasta por los propios científicos de esta agencia federal como causante de cáncer, y relacionado a graves problemas de salud en los niños, como hemos dicho puntualmente en este mismo espacio informativo..

Por segunda ocasión en lo que va del año la administración Trump elimina una regla de seguridad química para proteger el medio ambiente y prevenir serios peligros de salud pública. Primero, ignoró el nuevo reglamento que el consejo de sus propios expertos emitió el 17 de abril del presente para dificultar la fabricación, importación o venta a nivel nacional de productos hechos con asbesto, el mineral tóxico que entre otras enfermedades causa mesotelioma.

La mesotelioma es un cáncer maligno y muy agresivo en los pulmones, el abdomen o el corazón, cuyos síntomas pueden incluir dificultad para respirar y dolor en el pecho. La esperanza de vida para la mayoría de estos pacientes es de aproximadamente 12 meses después del diagnóstico. El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia o radiación, dice un reporte del Departamento de Salud, HHS.gov.

En 2015 la administración Obama a través de la E.P.A. anunció que prohibía el uso del químico tóxico, clorpirifos, después de que estudios científicos producidos incluso por esta misma agencia mostraron que “el pesticida tenía el potencial de dañar el desarrollo del cerebro en los niños”.

Pero esa prohibición aún no había entrado en vigor cuando súbitamente fue revertida. En 2017, el entonces administrador interino de la E.P.A., Scott Pruitt revirtió la decisión, “provocando una ola de desafíos legales”.

Andrew R. Wheeler, administrador de la E.P.A. de Trump dijo en un comunicado reciente que “la decisión del gobierno federal -de no prohibir el uso del clorpirifos-  representa una victoria para la industria química… y para los agricultores que han presionado para continuar usando la sustancia… porque es necesario proteger los cultivos”. Lo que ha sido desmentido por científicos expertos en el tema.

“No hay pruebas suficientes de los peligros del referido producto químico como para justificar la prohibición solicitada por organismos ambientalistas y por un grupo de estados”, dice el comunicado de la semana pasada.

“La E.P.A. ha determinado que las objeciones –al uso del clorpirifos- deben ser rechazadas porque los datos disponibles no son lo suficientemente válidos, completos o confiables para demostrar que las tolerancias no son seguras”. No obstante el comunicado agregó que “la E.P.A. continuará vigilando la seguridad de los clorpirifos hasta 2022”.

Retrocediendo un poco en el tiempo, en 2015 la E.P.A. de Obama había designado a los clorpirifos como un “material restringido” que requeriría un permiso del Comisionado de agricultura del condado para su aplicación. Además, “la aplicación de clorpirifos debe ser recomendada por un asesor de control de plagas con licencia y supervisada por un aplicador certificado”.

Vale aclarar que la cancelación del uso del clorpirifos propuesta por la E.P.A de ese entonces se aplicaría además a docenas de productos agrícolas que contienen el pesticida. Para usos residenciales, por ejemplo, el pesticida había sido prohibido por la agencia desde 2001. La decisión se mantuvo por un breve periodo en litigio pero luego esos juicios culminaron en abril de este año y un tribunal federal de apelaciones ordenó a la E.P.A. emitir una resolución final sobre la prohibición del clorpirifos.

El resultado lo conocemos y como era de suponerse representantes de la industria química expresaron su satisfacción con la decisión: “De la disponibilidad del pesticida con el clorpirifos dependen los granjeros para controlar una variedad de plagas de insectos, y los funcionarios de salud pública que trabajan para controlar plagas mortales y debilitantes como los mosquitos”, dijo Chris Novak, director ejecutivo de CropLife America al The New York Times.

Con todo, el año pasado Hawaii fue el primer estado en prohibir en Estados Unidos el uso del clorpirifos. California y Nueva York están considerando acciones similares, mientras la Comisión Europea está bajo la presión de los consumidores y grupos ecologistas para prohibir el pesticida, dice la fuente.

En los últimos meses se han venido relajando discretamente las regulaciones ambientales, con acciones gubernamentales que han sido opacadas por la cantidad de mentiras y Tweets estridentes de Trump.

De hecho, en la última semana la E.P.A. echó a andar una nueva política que “elimina inspecciones por sorpresa a plantas químicas y eléctricas. La política de ‘No sorpresas’ está dirigida a fomentar una mejor relación de trabajo entre la agencia y los estados”, escribieron en un comunicado por separado funcionarios de la E.P.A.

De esta suerte la semana pasada la agencia aprobó el uso del pesticida sulfoxaflor, que se sabe daña a las abejas. Y este año, la agencia anunció restricciones a una prohibición que propuso el gobierno de Obama para un producto químico letal que se encuentra en los disolventes de pintura.

Además, al optar por no prohibir los clorpirifos la E.P.A. rechazó un importante estudio realizado por la Universidad de Columbia sobre sus efectos en los niños de la ciudad de Nueva York. Dijo haber revertido la prohibición del uso del clorpirifos porque “no pudo obtener los datos en bruto y replicar ese estudio”, que vinculaba el insecticida con retrasos en el desarrollo. Y afirmó que no pudo “verificar las conclusiones de forma independiente”.

Con todo, evitar la prohibición del uso del clorpirifos fue una decisión que aplaudió el grupo de expertos del libre mercado, que rechaza la ciencia establecida sobre el cambio climático. Una de sus colaboradoras, Angela Logomasini llamó incluso a los estudios que sustentaron las regulaciones del gobierno de Obama como “ciencia basura”.

Expertos esperan sin embargo que las medidas anunciadas por E.P.A. no duren mucho, y que como suele suceder con las políticas de esta adminstgración, sean “rápidamente desafiadas en tribunales”■

En nota relacionada:

 William L. Wehrum, ex jefe de calidad del aire, habría violado las reglas de ética cuando se reunió con ex clientes de sus días como abogado y cabildero de las industrias del petróleo, el gas y el carbón… podría debilitar los esfuerzos para combatir el cambio climático y las normas de contaminación del aire, que beneficiaron indebidamente a los antiguos clientes de Wehrum, dijo un asesor del Congreso.

Bill Wehrum, an Architect of E.P.A. Rollbacks, Faces New Ethics Inquiry

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