Busca Trump convertir otra vez a los migrantes en los villanos de la película

Trabajadores de bajos ingresos en el sur de E.U. Foto: Southern Poverty Law Center.

Trabajadores de bajos ingresos en el sur de E.U. Foto: Southern Poverty Law Center.

De la redacción

Con el fin de mantener contenta a su base electoral se espera que el presidente Trump amplíe su prohibición de inmigración del 22 de abril, para incluir restricciones adicionales a los trabajadores extranjeros, lo que sin embargo inquietó y hasta molestó a líderes empresariales que dependen de la mano de obra barata de los trabajadores extranjeros para mantener sus compañías a flote, “en crecimiento y competitivas”, reporta Politico, citado por el Foro Nacional de Inmigración.

Pero con la pandemia del coronavirus, que merma y asusta a muchos trabajadores en Estados Unidos, a medida que se aproxima la estación de la cosecha en los campos de cultivo, o que comienza a disminuir el suministro de carne por los crecientes brotes y la expansión del contagio en esta industria, son los empresarios los que alzan la voz para denunciar que “hacen falta trabajadores”, o esta fuerza laboral considerada esencial -cuando convine-, reporta por The Dallas Morning News.

Y desde luego, tanto el presidente como su partido insisten en utilizar la vieja muletilla de campaña de que los trabajadores extranjeros le quitan los empleos a los estadunidenses. Es decir, a la población angloamericana, que en su legítimo derecho a no ser explotada de todas maneras desdeña los trabajaos mal remunerados.

Por eso, echando mano de su providencial retórica antinmigrante, Trump hace de los trabajadores extranjeros nuevamente el ‘chivo expiatorio’ de los males de la economía, y busca convertirlos en los villanos de la película.

Pero contrariamente a la retórica del presidente, “detener la inmigración no generará más o mejores empleos para los trabajadores estadunidenses”, sostiene por su parte Yahoo Finance. De hecho, dice, “una nueva investigación encontró que los poseedores de visas H-1B”, para trabajadores altamente calificados, “reducen la tasa general de desempleo en Estados Unidos y aumentan el crecimiento de las ganancias entre los graduados universitarios”.

Si los trabajadores altamente productivos ya no pueden trabajar en Estados Unidos, agrega la fuente, ahora que aumenta por otra parte el retiro de millones de la generación de los llamados baby boomers, que nacieron entre 1946 y 1964, “la economía de Estados Unidos en su conjunto estará peor”.

El referido estudio, realizado por la Fundación Nacional para la Política Estadunidense, sostiene también que “Con el país enfrentando una lucha larga y difícil para salir de la recesión económica, este no es el momento de imponer restricciones adicionales que reducirían la cantidad de trabajadores calificados e innovadores en Estados Unidos”.

Además de estar explorando el recorte de visas para trabajadores calificados en ocupaciones especializadas y trabajadores temporeros para el verano, por ejemplo, o para las estaciones de cosecha, Trump “busca suspender visas de trabajo a empleados de industrias que incluyen jardinería, limpieza y construcción”.

En la industria de la carne por ejemplo, la administración Trump incluso emitió recientemente una orden para que a los empleados de rastros y empacadoras que no fueran a sus trabajos sin estar contagiados con el virus, se les despidiera y no se les pagara el seguro de desempleo ni recibieran ningún tipo de ayuda económica de sus empleadores ni del gobeirno.

De acuerdo con Político, “más de un millón de migrantes, o el 70 por ciento de todos los trabajadores invitados anualmente en Estados Unidos, reciben colectivamente esas visas” H-1B. Y además, los cambios en la política de Inmigración, que no son otra cosa que política, “Comienzan a contar una historia sobre Covid-19 que pinta a los inmigrantes como el villano”.

Por su parte, Prensa Asociada reporta que “el COVID-19 ha generado preocupaciones sobre la escasez de mano de obra para satisfacer la demanda de carne de res, cerdo y pollo en las plantas empacadoras de carne en todo el país”.

Estas plantas, dice, emplean a 175 mil inmigrantes, y “son el hogar de la quinta concentración más alta de trabajadores refugiados en Estados Unidos…, pero las políticas de Inmigración del presidente están creando obstáculos para la contratación”.

Dichas empresas, continúa la fuente, que como se recordará luchaban por contratar ya desde antes de la pandemia, “están gastando millones en nuevos incentivos. Su capacidad de contratación depende del desempleo, los cambios en la industria, los sentimientos de los empleados sobre la seguridad y las políticas de Inmigración, agresivas y erráticas del presidente Donald Trump”.

Por eso, “Con el país enfrentando una lucha larga y difícil para salir de la recesión económica, este no es el momento de imponer restricciones adicionales que reducirían la cantidad de trabajadores calificados e innovadores en Estados Unidos”, dice la Fundación Nacional para la Política Estadunidense■

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