Cancela Obama operaciones militares conjuntas con Egipto

Marco Vinicio González

Noticiero Latino

“Estados Unidos condena fuertemente los pasos dados por el gobierno egipcio y las fuerzas de seguridad. Deploramos la violencia en contra de la población civil…”.

Con estas palabras, haciendo una pausa en sus vacaciones de verano, desde Martha’s Vineyard, en Massachusetts el presidente Obama condenó la represión contra los simpatizantes de la Hermandad Musulmana en Egipto, que ha cobrado la vida de unas 640 personas, y canceló los ejercicios militares conjuntos, programados con las fuerzas armadas de ese país norafricano.

Obama advirtió que se revisarán los vínculos con Egipto, pero el jefe del Pentágono, Chuck Hagel aclaró sin embargo que se mantendrá la ayuda militar, tras conversar por teléfono con su homólogo en el Cairo, Abdel Fattah Sisi, a quien dijo que la violencia está poniendo en peligro la prolongada cooperación de Estados Unidos, que otorga anualmente a Egipto mil 300 millones de dólares en ayuda militar.

Expertos en el tema aseguran que la ayuda militar estadunidense a las fuerzas armadas egipcias está comprendida dentro del marco de la seguridad de Estados Unidos, pues Egipto es el aliado más relevante de los estadunidenses en el medio oriente para asegurar la integridad de Israel, en ese contexto árabe convulsionado.

El Secretario de Estado, John Kerry había declarado en julio pasado que derrocamiento del ahora ex presidente egipcio, Mohamed Mursi restablecía la democracia en aquel país, aunque la presidencia de Mursi fuera el primer gobierno democrática y electoralmente constituido.

Por su parte el presidente impuesto por los militares, Adly Mansur, tras agradece la cooperación estadunidense señaló que las declaraciones de Obama, que anuncian la cancelación de los ejercicios militares conjuntos, amenazan con alentar a los grupos armados violentos.

El panorama interno egipcio es complejo y data mucho tiempo atrás. “Al menos el 10 por ciento de la población de Egipto es cristiana, por lo general de la Iglesia Ortodoxa Copta (al-Kinisa al-Qubtiyya al-Urthudhuksiyya) desarrollada localmente hace casi dos mil años”, dicen agencias. Agregan que durante siglos, “las relaciones entre esta minoría y la mayoría musulmana fueron cordiales y respetuosas”.

Eso explica que la creciente ola de ataques de grupos islamitas contra iglesias cristianas, entre otros grupos, esté generando alarma en la población general; pues las consecuencias pueden ser –además de las numerosas muertes y la destrucción actual- inimaginables, dicen conocedores del tema. Hoy esta violencia ha tomado el curso de la persecución a las huestes del ex presidente Morsi por parte del junta militar.

Impávida la humanidad ha visto por la pantalla chica el baño de sangre, que amenaza con una guerra civil que muy bien pudo haber comenzado ya. Con distintos intervalos a distintos tiempos, la condena internacional cobra bríos. La alta comisionada de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, la ONU, Navi Pillay se suma al coro de condenas, y exhortó a las autoridades egipcias, léase a los militares, actuar con la máxima cautela, al tiempo que pidió una investigación independiente, imparcial, eficaz y creíble sobre el accionar de los militares.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de emergencia y a puertas cerradas, con la esperanza de que las partes en Egipto muestren un máximo de contención para “poner fin a la violencia y progresar en la reconciliación nacional”, reportaron agencias noticiosas.

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